02 febrero 2011

¿Nos esperan premios en el cielo?



Hace unos días llego a mis manos un folleto cristiano que habla de unas coronas que se nos van a entregar en el cielo, pero, ¿realmente Dios nos va a premiar cuando estemos en el cielo?

"Primero, la corona incorruptible. De esta corona nos habla 1 Corintios 9:25 donde dice: Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Esta corona será para los creyentes que renunciando a sus legítimos derechos, viven la vida cristiana, dispuestos a sufrir y soportar cualquier contratiempo con tal de alcanzar la meta de ser semejantes al Señor Jesucristo".

O sea, visto de otro modo, soy salvo aunque no renuncie a “mis legítimos derechos”, aunque no viva dispuesto a sufrir y soportar cualquier contratiempo.

Veamos que dijo Jesucristo en Mateo 16:24-26: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”.

No basta con estar dispuesto a renunciar a todo por Cristo, no basta con estar dispuesto a sufrir y soportar cualquier contratiempo, hay que estar dispuesto a dar la vida misma por Cristo.

Mateo 10:37-39: “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.”

"Segundo, la corona de gozo. Sobre esta corona nos habla el apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 2:19-20. La Biblia dice: Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo.

Esta corona está reservada para los ganadores de almas. Será para todos aquellos que presenten delante del Señor, las personas que lograron guiar al Salvador mediante la predicación del Evangelio. No será sólo para aquellos que ayudan a personas a dar el paso de fe por el cual reciben a Cristo como Salvador, por medio de confesar con sus bocas que Jesús es el Señor y creer en su corazón que Dios le levantó de los muertos, sino también para los que sembrando la Palabra fueron instrumentos del Espíritu Santo, preparando a las personas para que eventualmente lleguen a tomar la más importante de las decisiones".

Ahora veamos, en estos versículos de 1 de Tesalonicenses, Pablo habla en tiempo presente: “Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe?”. Se supone que las “coronas” es algo que se nos entregará en el tribunal de Cristo, Pablo en este versículo habla como algo que ya tiene, como algo que en ese momento son los Tesalonicenses, aquí Pablo solamente quiere reconocer la fe de los Tesalonicenses (leer el capítulo completo). Así como también en 1 Tesalonicenses 3:5-7 Pablo dice: “Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano.

Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros, por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe.”

La actitud de Pablo es la actitud de todo verdadero cristiano que se alegra de que los hermanos caminen en la fe, es un gozo enorme. La realidad es que llevar el evangelio a las personas que conocemos y también a las que no, no es algo que Dios nos vaya a aplaudir, es una orden, una comisión que el Señor nos dejó, y testificar de Cristo a las personas para que el Espíritu Santo quebrante sus corazones y obre en el pecador arrepentimiento, es algo hermoso para el verdadero creyente. Claro, llevar la palabra de salvación al incrédulo es solo para verdaderos creyentes, porque sino creíste verdaderamente, siempre encontrarás un pretexto para callar.

Mateo 10:32-33: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”

"Tercero, la corona de justicia. Sobre esto nos habla 2 Timoteo 4:8. La Biblia dice: Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. Esta corona será el premio o la recompensa para los que aman la venida del Señor. Es para los creyentes que despreciando lo mucho que este mundo ofrece para que se sientan satisfechos, anhelan algo mejor, la justicia de Dios, lo cual será una realidad cuando venga por segunda vez el Señor Jesucristo. Amar la venida del Señor Jesucristo no es lo mismo que desear la venida del Señor Jesucristo. Amar la venida del Señor Jesucristo tiene que ver con una vida de sacrificio por el Señor y sobre todo, una vida tal como si el Señor Jesucristo estuviera por venir el siguiente instante. Esto es amar la venida del Señor. Note lo que dice 1 Juan 3:2-3 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro".

¿Realmente puede haber un creyente que no ame la venida de nuestro Señor Jesucristo? ¿Es posible eso? ¿Puedes amar a tu Señor y no esperar con todo tu corazón y con todo tu amor el día de su venida? ¿Es posible amar a alguien y no amar el día de su llegada? Esta interpretación de la Biblia no tiene ningún sentido, no tiene lógica alguna. Dios no te va a dar ninguna corona por que ames su venida y vivas una vida de sacrificio, vas a amar todo lo que tenga que ver con Jesucristo, vivir una vida de sacrificio si verdaderamente creíste en tu Señor:

“Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.” Lucas 9:57-62.

"La cuarta, es la corona de gloria. De ella nos habla 1 Pedro 5:1-4. La Biblia dice: Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada. Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Esta corona será para los creyentes que siendo ancianos, obispos o pastores, cuidan con sano propósito la grey de Dios. El Señor Jesucristo, quien es el Príncipe de los pastores, premiará con la corona de gloria todo esfuerzo de discipulado y buen cuidado de los que son suyos".

¿Hay alguna otra corona incorruptible que no sea la de la vida eterna? ¿Existe alguna posibilidad que esta corona incorruptible de gloria no sea la corona de la vida eterna? Realmente lo que Pedro hace es exhortar a los pastores a predicar correctamente, a llevar el rebaño a través del ejemplo de sus vidas, si no, no habrá corona, en otras palabras, a los pastores se les da una altísima responsabilidad de predicar correctamente el evangelio a través de sus palabras y de sus vidas, si no, no entrarán en el reino de Dios.

Jesús dijo:” Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Mateo 7:15-23. Estos versículos aparentemente estás escritos a pastores, pero realmente aplican a todo creyente, pastor, anciano de la iglesia, etc.

"La quinta y última corona es la corona de vida. Hay dos pasajes que nos hablan acerca de esta corona. Uno es Santiago 1:12 y el otro es Apocalipsis 2:10. Tomemos el primero para ver lo que dice. Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Esta corona está reservada para todos los creyentes que soporten de manera digna, las pruebas y tentaciones por causa de la fe en la persona de nuestro Señor Jesucristo. Estas son las coronas que el Señor Jesucristo entregará a los creyentes en el cielo, una vez que examine las obras de los creyentes en el tribunal de Cristo.

La vida cristiana consiste en hacer todo para la gloria del Señor Jesucristo y esto tiene jugosas recompensas en el cielo. No olvide que el tribunal de Cristo no es para los incrédulos sino para los creyentes. El tribunal de Cristo tendrá lugar en el cielo, una vez que los creyentes hayamos sido arrebatados. El tribunal de Cristo no es para saber quien se salva o quien se condena. El tribunal de Cristo es para repartir recompensas a los creyentes que mientras estuvieron en vida hicieron cosas para la gloria del Señor".

Pregunto: ¿Habrá verdaderos creyentes que no soportan las tentaciones?, ¿El Espíritu Santo que Mora en el verdadero creyente nos deja caer en la tentación y embarrarnos de pecado de pies a cabeza?.

Esto dijo Pablo:
"No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar". 1 Corintios 10:13.

Hermano, lo cierto es que si el creyente no soporta las tentaciones, es que no es un verdadero creyente de nuestro Señor Jesucristo. La vida del creyente debe de crecer en santidad cada día de su vida, es decir, su vida debe parecerse cada vez mas a la de su Señor, debe de vivir como Jesus vivió, no quiero decir que te vistas como El o que te dejes el cabello como El o la barba, me refiero a tu corazón, si es que El puso un corazón nuevo en ti, si es que naciste de nuevo, si es que verdaderamente creíste.

Un grave prolema que enfrentan los que piensan que en el cielo se nos darán coronas por nuestras obras, es que el pastor al predicar a la iglesia sobre las coronas, da por hecho que toda la iglesia es salva, cometiendo una grave herejía al tomar el lugar del Espíritu Santo, pues, ¿como sabe el pastor quien es salvo y quien no?, ¿como sabe quien puede recibir coronas y quien no?, porque segun esta doctrina ya eres salvo y lo que vienen son coronas. En unos años, las congregaciones se van a preocupar mas por las coronas que por vivir una vida piadosa, que por examinarse si caminan en la fe.

Jesus dijo:

"Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.

A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.

Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.

Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.

Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.

Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.

Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.

Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;

por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.

Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.

Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.

Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.

Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes". Mateo 25:14-30.

Hermano, El Señor no te va a dejar de dar coronas sino sufres y soportas por El, por ser un mal "ganador de almas", por amar poco o nada su venida, sino cuidas con sano propósito la grey de Dios o si no soportas la tentación, no, simplemente no te va a dejar entrar al reino de los cielos. Si creiste en la obra redentora de Jesucristo y te quedas de brazos cruzados, te puede pasar lo que al ciervo inútil, no te dejes engañar con la falsa doctrina de las coronas.

Corona solo hay una: la de la salvación.